BIOMECÁNICA DE LA FASCIA PLANTAR

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BIOMECÁNICA DE LA FASCIA PLANTAR

Haciendo un recuerdo anatómico, la fascia plantar parte de su inserción posterior en la  tuberosidad anterior del calcáneo y corre hacia delante hasta alcanzar la base de las falanges proximales de los cinco dedos del pie donde forma parte de sus fundas fibrosas flexoras. Es una estructura de gran resistencia y de un grosor variable según los individuos y su actividad. Como media su espesor es de entre 2 y 3mm generando una imagen hiperecoica al ecógrafo.

Persona cogiendo los pies.Dentro de sus funciones mecánicas consideraremos tres. Una estructural, ayudando al mantenimiento de la forma del arco plantar. Otra pasiva, como elemento capaz de disipar energía mediante la absorción de cargas y, finalmente, una tercera como protagonista en las fases de contacto de talón, apoyo plantar y propulsión de la marcha.

Como elemento estructural, el pie tiene una arquitectura en forma de arco, pero no tiene capacidad para mantener dicha forma sólo por su geometría ósea. Son, por tanto, los elementos capsulares, ligamentosos y, sobre todo, los tejidos blandos musculares y aponeuróticos, quienes, activamente, la mantienen. La fascia plantar actuaría aquí como una “tiranta biológica” de modo que, estructuralmente, mantendría el arco al unir por su base los dos pilares, calcáneo y metatarsofalángicas, pero también colaboraría, activamente, en mantener dicho arco por su integración, como estructura, en el sistema calcáneo-aquileo-plantar y en el conocido como “mecanismo de windlass”, junto con la musculatura implicada en la marcha.

Corredores marcando la pisada.Como elemento pasivo, la fascia absorbe importantes cargas en la fase media de apoyo de la marcha. Así, puede llegar a aguantar entre 1,7 y 3,4 veces nuestro peso corporal y soportar fuerzas de entre 800 y 1000N en la fase final de apoyo del pie. En este caso la fascia amortigua y disipa una energía que, de otro modo, afectaría al resto de estructuras del pie y a la cadena cinética de la extremidad inferior.

Por último, la fascia interviene en las distintas fases de la marcha. Así, en el apoyo de talón el arco va disminuyendo su altura y la fascia pierde tensión por el movimiento conjunto de la rotación interna de la pierna y de pronación de la articulación subtalar y mediopie. Si este movimiento es muy rápido o intenso, poco coordinado o mal repetido, es fácil que haya exceso de tensión en la fascia y microlesiones en la misma.

Pie atleta apoyado.Concluida la fase de apoyo medio, en que el arco tiene su mínima altura y la fascia funciona, como hemos indicado anteriormente, absorbiendo y disipando energía, se produce un desplazamiento de la carga hacia el antepie. Iniciada la fase de propulsión, los gemelos y el sóleo se contraen intensamente para levantar el calcáneo. Éste se dirige hacia atrás y arriba, entrando, de nuevo, la fascia en tensión para oponerse a esta dirección de movimiento. Por último, con el talón ya elevándose, entra en acción el “mecanismo de windlass” de modo que la articulación metatarsofalángica trabaja en extensión y, tensando aún más la fascia, aumenta el arco plantar. El objetivo final es oponerse a la contracción de la musculatura posterior de la pierna y a la elevación posterior del talón, fijando el pie al suelo y permitiendo, al hacer que el pie funcione como un bloque estable, el despegue.

Pablo Rodrigo Lopez, Artículo sobre la biomecánica de la fascia plantar.

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